Tribuna-Ballesteros-bol-ene-2025

Testimonio

(Adiós al Dr. Antonio Ballesteros Olmo • Boletín SEBiot • Enero 2025)

Francisco J. Plou, director del Grupo de Biocatálisis Aplicada (ICP-CSIC) y Miguel Alcalde, director del Directed Enzyme Evolution Group (ICP-CSIC)

En recuerdo de Antonio Ballesteros

Tuvimos la suerte de compartir la mayor parte de nuestra carrera científica con Antonio. Fue nuestro director de tesis, nuestro guía en los primeros proyectos europeos, nuestro apoyo principal cuando nos preparábamos para nuestras oposiciones de científicos del CSIC, nuestro consejero científico, nuestro punto de contacto para encontrar colaboradores, nuestro soporte en los momentos complicados, nuestro colega, nuestro compañero de viajes, nuestro revisor, nuestra referencia en las decisiones estratégicas. Pero, por encima de todo, Antonio fue nuestro amigo. Y siempre nos mostró sus cualidades: humildad, optimismo, capacidad de diálogo, sacrificio, persistencia, sentido de la responsabilidad, tiempo para escuchar cualquier cuestión científica o personal… y mucho trabajo.

Miguel Alcalde y Francisco J. Plou con el Dr. Ballesteros

Antonio fue un visionario en el campo de la biotecnología. Primero, cuando en la década de los 60 se atrevió a iniciar una línea de biocatálisis en un departamento, dentro del Instituto Rocasolano, en el que todos los proyectos eran de catálisis química, la mayoría centrados en el refino de petróleo. Después, ya en la década de los 80, cuando identificó las lipasas como un grupo de enzimas con enorme potencial para aplicaciones en distintos sectores industriales. Más adelante, cuando se introdujo en el campo de las enzimas activas sobre carbohidratos, intuyendo sus amplias perspectivas en campos emergentes, como los alimentos funcionales o los biocombustibles.

En 2006 organizó un congreso internacional sobre Biocatálisis Medioambiental, convencido de que las enzimas iban a jugar un papel fundamental en procesos de descontaminación y en el desarrollo de una química más verde, como así ha sido. Fue en esa época cuando empezó a hablarnos de las enzimas para la captura y valorización de CO2, una línea que actualmente es de enorme interés. En los últimos años insistía en el papel de las enzimas para aplicaciones en biomedicina. Esa capacidad de anticiparse a los hot topics no fue fruto de la casualidad, sino de muchas horas de lectura y numerosos viajes a congresos y reuniones, en especial con sus colegas del Working Party of Applied Biocatalysis, del que fue durante algún tiempo coordinador principal.

En todo este tiempo hemos vivido numerosas anécdotas con Antonio. A pesar de que su despacho parecía un tanto desordenado, sabía perfectamente dónde guardaba cada cosa, las notas de cada congreso, los resúmenes de los claustros, etc. Siempre se acordaba de los cumpleaños de sus colaboradores más cercanos, de los aniversarios de boda (alguna vez nos salvó de algún apuro) y, por supuesto, de los santos (como buen andaluz).

Antonio era una persona muy respetuosa, que lograba sus objetivos sin pisar a nadie, mostrando siempre un buen talante, atendiendo siempre a quien solicitaba su ayuda. Entre sus frases favoritas, recuerdo una que repetía cuando regresábamos de un congreso o de una reunión de proyecto, y que había interiorizado durante sus estancias en Estados Unidos: «Mission assigned, mission accomplished». Sin duda, Antonio cumplió su misión con creces, no solo profesional, como pionero de la biocatálisis en España, sino también humana. Su legado en el CSIC persistirá, porque ha creado una escuela científica donde la importancia de las personas y sus valores, así como la ciencia que desarrollan, se encuentran al mismo nivel. Te echaremos mucho de menos. ♦