Salvando la distancia que separa academia y empresa
El impulso de la biotecnología y que sus beneficios lleguen a la sociedad requiere más colaboración entre el ámbito de la investigación y el sector productivo, pero persiste la distancia entre academia y empresas, que solo podrá reducirse con formación, especialmente dirigida a las primeras etapas de la carrera científica. Esta es una de las principales conclusiones de la jornada Conexión empresa-academia, organizada por SEBiot y el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, que se llevó a cabo ayer (1 de abril) en la sede del CIB-CSIC.
El programa de la jornada se estructuró alrededor de dos mesas redondas —sobre las Claves para crear una empresa desde la academia (mañana) y las Vías para financiar el emprendimiento (tarde)— y de la exposición de cinco ponentes que presentaron sus respectivas experiencias de transferencia de conocimiento y emprendimiento.
Tras la inauguración del encuentro —por parte de M. José Hernáiz, presidenta de SEBiot, y M. Auxiliadora Prieto, vicepresidenta de la Sociedad—, Ana Martínez, profesora de investigación en el CIB- CSIC presentó su experiencia en emprendimiento, como cofundadora de las empresas Ankar Pharma y Molefy Pharma. En su intervención subrayó los retos que conlleva la investigación traslacional y recordó el largo proceso que separa el descubrimiento de una molécula con potencialidades terapéuticas y su aplicación como medicamento: de cada 5.000 compuestos evaluados en fases preclínicas, solo 5 entran en fase clínica, de los cuales solo uno acaba obteniendo las aprobación de la FDA y la EMA. Para incrementar el número de candidatos terapéuticos que llegan a los ensayos clínicos, es imprescindible tender puentes flexibles entre academia y empresa, y entender las diferentes aproximaciones de unos y otros, equilibrando la necesidad de la academia de publicar para diseminar el conocimiento y la necesidad de las empresas de proteger los resultados novedosos mediante patentes.
Por su parte, Jesús Gonzalo Asensio, investigador del Grupo de Genética de Micobacterias, de la Universidad de Zaragoza, presentó los progresos en la investigación de la vacuna contra la tuberculosis MTBVAC (que el grupo desarrolla en colaboración con la empresa biotecnológica Biofabri, del grupo Zendal). Esta vacuna, la única candidata para la tuberculosis actualmente en ensayos clínicos, está basada en herramientas de ingeniería genética para atenuar la actividad del patógeno, consiguiendo así activar el sistema inmune sin producir la enfermedad en el huésped. Gonzalo Asensio revisó los retos que supone la investigación en vacunas y la necesidad de proteger los desarrollos mediante familias de patentes para captar el interés de los inversores y conectar con la industria. También comentó los nuevos desafíos que enfrenta la inmunología y la producción de vacunas derivados de la pandemia de Covid, que radican no tanto en el desarrollo mismo del producto como en el abastecimiento a nivel mundial y el acceso a toda la población para que sean realmente eficaces.
La tercera ponencia de la mañana estuvo a cargo de Fernando de la Calle, de Pharmamar, quien explicó la trayectoria de la compañía desde una primera etapa de desarrollo fallida hasta el éxito actual basado en el conocimiento profundo de los microorganismos marinos con los que producen compuestos antitumorales (con tres productos ya en el mercado, de los que se están testando nuevas aplicaciones, y otros tres en diversas fases de desarrollo).
En la mesa redonda Claves para crear una empresa desde la academia se puso de relieve que el conocimiento en biotecnología se genera sobre todo en las entidades públicas (universidades, institutos de investigación y centros tecnológicos). Sin embargo, y a pesar de los buenos indicadores de calidad científica, los resultados de la investigación no llegan al tejido productivo, por la falta de adaptación del sistema y de los estímulos necesarios. En la mesa se subrayó que es indispensable reducir la burocracia y el tiempo que ahora mismo requiere un proceso de licencia.
«Una empresa no es solo un proyecto. Lo que marca la diferencia son los equipos humanos que están detrás de las compañías, y son los equipos mixtos, con científicos y empresarios, los que consiguen destacar, gracias a sus capacidades complementarias», señaló Ion Arocena, director general de AseBio.
Mediante patentes robustas se puede facilitar el paso por las fases más críticas en la transferencia y gracias a la colaboración de todos los agentes se pueden adaptar las necesidades de la academia a los requisitos económicos de las empresas. Si a esto se suma un equipo comprometido, motivado y bien formado, la empresa será maleable y podrá adaptarse a posibles cambios en el mercado.
Los ponentes debatieron también cuáles son las competencias clave que debe tener el investigador o investigadora que asume el reto de ser CEO de una startup biotecnológica. Para Ion Arocena, lo esencial es el cambio de mentalidad, «porque las competencias que se requieren para ser un buen investigador y para ser un buen emprendedor son distintas». Para Elena Rivas, CEO de Pinnacle Biopartners, «tienes que crear algo en lo que creas y, para creer, lo tienes que conocer». Según Manuel Porcar, CEO de Darwin, un CEO tiene que generar confianza para tener el equipo cohesionado y proyectar lo mismo hacia fuera. Por su parte, Juan Carlos del Pozo, asesor científico de Nawter Discovery, resaltó que una de las cosas más importantes es respetar el trabajo de todos y tener un equipo equilibrado.
La sesión de la tarde se inició con la ponencia de Mª Lourdes Gómez, catedrática en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que presentó Naplatec, una spin-off de la UCLM dedicada al desarrollo de extractos vegetales y, más en concreto, su proyecto de producir azafrán a partir de tomates transgénicos y los retos que supone por las limitaciones que tiene en España el uso de GMO. Por su parte, María Urbano, cofundadora y CEO de EvoEnzyme, explicó como han conseguido el crecimiento y consolidación de esta spin-off a partir del sólido plan de negocio de un primer producto y mediante ayudas y programas de aceleración.
En la mesa redonda sobre Vías para financiar el emprendimiento, la expresidenta de SEbiot y ex Secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela —actualmente senior consultant en GSD-Madrid y presidenta del Foro de Empresas Innovadoras— defendió la aplicación de mecanismos que fomenten el emprendimiento desde la academia y que no penalicen a los investigadores. Citó herramientas de impulso, como el CDTI, que permite la innovación empresarial desde una base pública, acompañando una idea de negocio desde los inicios (mediante subvenciones y entradas de capital a través de programas como Neotec e Innvierte) hasta etapas posteriores, lo que permite el crecimiento de las compañías establecidas.
En este sentido, todos los ponentes subrayaron la importancia de contar con un «compañero de viaje» institucional que te acompañe en el proceso de creación de una empresa. Clara Pombo, directora corporativa de Estrategia e Innovación en Clarke Modet, insistió en la importancia de la protección de los resultados de la investigación para poder emprender proyectos empresariales, y Óscar Salazar, de Euro-Funding EU Projects, resaltó la importancia de conocer y aplicar a la gran diversidad de convocatorias existentes para financiar las ideas novedosas desde las fases de desarrollo hasta el mercado. Al hilo de esta intervención, Carmen Vela subrayó la necesidad de que aumente el número de gestores de proyectos en los centros de investigación para mejorar la identificación y participación en las convocatorias e iniciativas más adecuadas para el impulso de cada idea con potencial.
Enrique Samper, responsable de Desarrollo de Negocio en Life Length y vocal de SEBiot, que moderó la jornada, fue el responsable de presentar las conclusiones, en las que se subrayó que es necesario incluir temas como patentes y propiedad intelectual, mercado y gestión empresarial en las etapas primarias de la formación científica (grados universitarios y formación predoctoral) para que los estudiantes conozcan diferentes opciones que tienen delante y ello de lugar a los diversos perfiles profesionales que el sector de la biotecnología requiere.
Desde SEBiot agradecemos la colaboración del CIB-CSIC y el esfuerzo de todas las personas del equipo y de la Junta Directiva de la Sociedad que han hecho posible este evento y, especialmente, de Natalia Hernández, coordinadora de la sección de Biotecnología y Sociedad, que ha realizado las fotografías y ha recogido las notas para esta crónica de la jornada. ◆
- Jornada ‘Conexión empresa-academia’
- El encuentro contó con más de 100 perticipantes.
- Mesa redonda: Claves para crear una empresa desde la academia
- Inauguración de la jornada por parte de la Presidenta y la Vicepresidenta de SEBiot
- Mesa redonda: Vías para financiar el emprendimiento